[OPINIÓN] Yo tampoco juraré ante el dios de Jacob

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Helmut W. Kessel, presidente de la Sociedad Secular Humanista del Perú ha vuelto a disparar. Su afán no tiene límites debido a que para nadie es un secreto que esa sociedad fue fundada por él y otros más para hacer de barreta “ilustrada” y apalancar la Unión Civil y el “matrimonio igualitario”. Sí, él como Ricardo Morán, que también participa de esa sociedad, son homosexuales, y como ya lo han hecho saber en diversos medios, ven la religión como el principal obstáculo a derribar para lograr sus intereses. ¡Bien!, están en su derecho. Pero, ¿y qué tal si se estuvieran equivocando?

Kessel escribió en El Comercio un artículo que tituló “Los excluidos del himno”, en clara alusión a la sexta estrofa del himno nacional, el cual, es un ejemplo perfecto de cómo contrabandear ideas equivocadas en medio de frases pomposas. Veamos.

Kessel empieza diciendo: “Hay mucho que nos une a todos los peruanos, sea cual fuere nuestro origen (…) El orgullo de ser libres y del esfuerzo que costó (…) La homogeneidad religiosa absoluta, sin embargo, no es una de esas cosas”. No olvides Helmut que una de las “muchas” cosas que nos unen a los peruanos es la religiosidad. Solo mira la procesión del Señor de los Milagros, las festividades de la Virgen de la Candelaria, el  Señor de Qoyllur riti, el Cristo Cautivo de Ayabaca, etc., para comprobar cómo estrechan sus lazos humanos y crean “peruanidad” en estas demostraciones de fervor popular. ¿Dónde está la falacia?, en acotar “la homogeneidad religiosa absoluta”, ya que esta no se logra precisamente entonando la  sexta estrofa.

Por otro lado, “El orgullo de ser libres y el esfuerzo que costó (la independencia)”, lo supieron los patriotas peruanos que en su inmensa mayoría eran como lo es hoy: creyentes. El ideal de libertad no latió solo en los corazones de los ateos y en esto se revela el dogmatismo y purismo de Kessel  y su desprecio por los que no piensan como él. Típico.

En el colmo del cinismo Kessel invoca a los budistas, hinduistas, animistas de la Amazonía y otras comunidades religiosas minoritarias para argüir que por “el juramento al Dios de Jacob” estarían siendo discriminadas preguntándose a lo “gran señor”: “¿Quiere realmente la sociedad que cientos de miles de ciudadanos pronuncien palabras para ellos vacías cada vez que cantan nuestro himno?”. Error. Por ejemplo, un Testigo de Jehová no canta el Himno Nacional por objeción religiosa pero no por eso deja de creer en Dios ni se vuelve menos peruano. Análogamente, si un cristiano nace y crece en un país en donde el cristianismo no es mayoría, entonces se abstendrá de algunas manifestaciones cívicas institucionales, pero eso no la haría menos ciudadano de aquel país sino todo lo contrario, ya que respetaría su tradición mayoritaria pero sin abandonar sus propias convicciones.

Kessel remata: “La tradición se respeta y se reconoce, pero no se impone. Celebremos la peruanidad y la inclusión de todos. Los no creyentes existimos, somos cada vez más y amamos a nuestro país tanto como cualquiera. El Perú es de todos los peruanos; su himno debería serlo también” ¡Ay par favar! Nadie te está imponiendo nada, ¡ni que estuviéramos en territorios de ISIS!, y si no estás de acuerdo, pues te abstienes y ya, total, nadie te está obligando a que dejes de ser ateo. Pero te tomaré en serio. Siguiendo tu lógica atea-inclusiva-inodora e insípida, deberíamos demoler medio centro histórico ya que sus templos y ornamentaciones barrocas, arte propio de la contrarreforma, es una exaltación histórica al Dios de Jacob. Y ni te acerques a los turrones ya que estos se hicieron en honor al Dios de Jacob pintado por un mulato “supersticioso”. Igualmente, deberíamos prohibir todas las procesiones, festividades y peregrinaciones en honor al Dios de Jacob en costa, sierra y selva así como cambiarles de nombre a todos los distritos, provincias y departamentos del Perú que remitan a este o a sus parientes. Claro, porque así todos los peruanos como el buen Helmut se sentirían “incluidos”, aunque si alguien reconoce al Perú como tal después de todo eso, entonces YO TAMPOCO JURARÉ ANTE EL DIOS DE JACOB.