El máximo representante de la Iglesia Católica, el papa Francisco, aprobó la modificación del Catecismo para declarar «inadmisible» la pena de muerte.
Incluso, la Santa Sede informó que el Sumo Pontífice espera que exista un compromiso para animar su abolición en todo el mundo.
El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria Ferrer, mencionó en un comunicado que ha sido autorizado por el papa Francisco para introducir la nueva postura ante la pena de muerte, recogida en el artículo 2.267 del Catecismo católico.
El nuevo texto reza que «la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo».
Asimismo, se hace hincapié en que «durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común».
Cabe resaltar que la versión antigua del Catecismo no excluía la pena de muerte «si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas».
Desde Roma, detallan que esta alteración se da pues en el mundo “está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves».
«Se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente», acotaron.