«No hay en la tierra, conforme a mi placer, contento que iguale a alcanzar la libertad perdida” Miguel de Cervantes Saavedra
Con la reciente puesta en escena en Ciudad de Panamá de la última Cumbre de las Américas, es necesario seguir recordando por qué Cuba sigue siendo un tema más que solo el comercial.
La apertura pasa por una perspectiva propia de las áreas de Seguridad y de Inteligencia. Cuba no solo es una posibilidad económica o de mercado abierto como lo declara la administración Obama. Ya hemos mencionado la semana pasada que sin institucionalidad y Estado de Derecho ese nuevo dinero irá a las manos de Castro, fortaleciendo el régimen, más que erosionarlo.
Actos irregulares propios de un imperio de facto fueron registrados el último viernes. El 10 de abril en Panamá, previo a la cita Presidencial, en el Parque Porras, donde se encuentra una estatua de José Martí, el coronel del Ejército cubano Alexis Frutos Weeden, jefe de la inteligencia cubana en Venezuela, fue sorprendido realizando actos propios de lumpen golpeando a ciudadanos estadounidense y activistas cubanos. Estos se encontraban apostados en ese lugar reclamando por derechos humanos y libertades. Todo bien hasta que una cuadrilla de militares cubanos vestidos de civiles salió a darles golpizas propias de regímenes totalitarios.
Más de violación del territorio panameño, a ello se suma el intento de boicot de otros órganos del régimen cubano. Durante la Cumbre, las organizaciones no gubernamentales (asociaciones de la sociedad civil) del Gobierno cubano, decidieron no ir al evento destinado a la sociedad civil. Para mal de ellos, otros grupos independientes cubanos sí asistieron. Inclusive, Presidentes de izquierda y de derecha se dieron el tiempo para involucrarse en las políticas que conciernen a la libre expresión y libertades que estos grupos propugnan en el Hemisferio. Los Presidentes Vásquez de Uruguay, Obama de Estados Unidos y Santos de Colombia estuvieron presentes en esta reunión, dándole la máxima prioridad a ese evento.
Así, es necesario recordad lo escrito hace tan solo unos meses. Vemos como prioritario enfatizar la infiltración cubana en temas de inteligencia en los últimos años. A continuación he actualizado la información publicada el 30 de diciembre del 2014, con motivo de ubicar las acciones realizadas por el coronel Frutos el último viernes.
Cuba siempre ha mantenido un perfil agresivo en la región. Basta notar el apoyo directo que ofreció a Salvador Allende en 1964 y 1970, triangulando dinero y armas desde la Unión Soviética, funcionando como laboratorio de nuevas medicinas y armas químicas soviéticas, y como territorio de genocidio y violación sistemática a los derechos humanos hacia sus disidentes y disidentes de países controlados por ellos. Cartas publicadas por el Gobierno de Pinochet en 1973 y 1974 así lo demuestran. Moscú jamás ha desmentido este acercamiento y ayuda. Inclusive se rumorea que había un pagado de 20 mil dólares mensuales a Allende para asegurar su buena disposición para con el imperio soviético.
En 1961, Oleg Penkovsky, coronel del Ejército Rojo que trabajaba en el GRU (inteligencia militar soviética) reveló a la superioridad estadounidense, durante un lapso de 15 meses, los detalles de la “Operación Anadyr”, el plan para instalar misiles nucleares continentales, así como otros secretos soviéticos. Posteriores vuelos de U-2 confirmaron esa información.
El Servicio de inteligencia de Cuba está infiltrado en Latinoamérica. Basta recordar los “logros” de Barbarroja, lugarteniente de Castro, pero también la información de parte de disidentes cubanos. En junio de 1982, un oficial de la DGI (Dirección General de Inteligencia cubana) reveló que varios funcionarios, congresistas y senadores eran blancos de capación de parte de la DGI. Esta revelación se hizo pública en testimonios ofrecidos al Senado estadounidense durante ese año.
Posteriormente, a comienzos de 1987, Rafael del Pino, un general de dos estrellas de la Fuerza Aérea de Cuba y oficial de la DGI, tomó una avioneta Cessna y se presentó como informante corroborando lo que se había revelado en 1982. Este ha sido el desertor cubano de más alto rango que se tenga hasta la fecha. Este personaje lo denunciado en el Senado cinco años antes.
Más aún, en junio de 1987, tan solo unos meses después del caso del Pino, Florentino Aspíllaga Lombardi, hasta entonces el disidente más condecorado por Cuba y oficial de la DGI, se entregó al Gobierno estadounidense revelando más secretos que hasta ese momento le habían sido ajenos a la inteligencia estadounidense. Se supo de disidentes estadounidenses dentro de los Departamentos de Justicia, Estado, CIA y otras agencias de inteligencia, quiénes son dobles agentes, y dónde pueden estar actuales infiltrados.
En 2002, Ana Belén Montes fue detenida espiando por los cubanos. Ella había sido una espía cubana, que había estado trabajando en el gobierno Estadounidense por casi 20 años. Montes manejaba documentos sobre Cuba dentro de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) en su calidad de jefa de la carpeta de Cuba. Su hermana en algún momento fue juez estatal en la Florida.
Este hecho no es de extrañar ya que anteriormente, la Banda de los 5, 5 espías cubanos, fue atrapada en 1998 realizando actos de espionaje en Miami. Estos personajes fueron los que al fin y al cabo fueron intercambiados por Barack Obama en un intento por normalizar las relaciones con Cuba.
Actualmente, estamentos del S-2 cubano, manejan información y están destacados de forma oficial extraoficial en los países del ALBA, siendo la cabeza de esta alianza política anti-estadounidense y pro-rusa. Los hechos del coronel Frutos así lo confirman.
La pregunta de esta entrega es qué tan preparados están los países Latinoamericanos para evitar el yugo cubano en la región…y de otro lado, qué tanto se debe “descubanizar” la agenda hemisférica.