El país se ha puesto en modo fútbol, gracias a que “el equipo de todos” rompió una mala racha luego de 36 años sin ir a un mundial, 8 fracasos consecutivos que acumularon frustración, más de tres generaciones de peruanos que nunca vieron a la Selección Peruana en el mundial. El jueves 16 de noviembre los peruanos amanecimos distintos, respirando peruanidad, felices, orgullosos, más optimistas que nunca.
Pero de nada servirá este logro de los dirigidos por el profesor Ricardo Gareca, si no hacemos nuestro, este ejemplo de entrega, de humildad, de garra y de coraje, poco habrá servido gritar los goles de Jefferson Farfán y Christian Ramos hasta quedarnos sin voz, si nos quedamos en silencio cuando alguien nos dice que no podemos alcanzar nuestros sueños. De nada servirá un homenaje en Palacio de Gobierno o en el Congreso de la República si las autoridades elegidas no generamos las condiciones para que este país siga cosechando logros deportivos.
El fútbol nos une y así debería ser con todos los deportes, como el logro obtenido también por nuestro gran maestro José Granda quien el viernes último se proclamó campeón del Torneo Mundial de Ajedrez Senior en Italia. Porque el Perú no es solo su comida, el pisco y Machu Picchu, es mucho más, es su historia, su geografía, su riqueza natural, su calidez, pero principalmente su gente. Esa gente que todos los días se juega su propia clasificatoria, cuyo mundial no está en Rusia, está en su pequeño negocio, en su chacra, en su taxi o frente a unos libros y cuadernos.
Este proceso de eliminatoria ha sido complicado, desde luego no ha sido fácil y nos tuvo con las ansias hasta el final. Hubo derrotas, bajas en el camino, injusticias e incluso gente que ya nos daban por eliminados, que decían que sería lo mismo, que ya para que jugamos, que renuncie Gareca. Así pinchándonos la llanta de entusiasmo, pero como nada está dicho hasta el pitazo final.
Igual es nuestro día a día, soy un convencido que con esfuerzo y dedicación se logran grandes resultados, pues en la vida siempre habrá pesimismo, trabas, días de derrotas y otros de empate, incluso con el árbitro en contra, pero aprendí que en la vida no se gana o se pierde, sino se gana o se aprende.
Sigamos en modo fútbol, pero para sentirnos ganadores, guerreros y así poder sacar a nuestras familias adelante, a nuestro país. Que aquellos que perdieron todo en las zonas afectadas por el Niño Costero sigan levantándose con fe, porque entre hermanos nos abrazamos no solo por un gol, sino también porque el vecino necesita de una mano. Como en el fútbol trabajemos en equipo sumando voluntades, con disciplina y sobre todo unidos.
Y para que la fiesta deportiva no se acabe, desde el Congreso de la República debemos trabajar en Leyes a favor del Deporte para que nuestros deportistas tengan las condiciones adecuadas para practicar su disciplina de manera competitiva, pensando en grande porque así se hacen los campeones, soñando con serlo y trabajando duro y para ello necesitamos una verdadera Ley del Deporte.
Somos un país de ganadores, no solo hay que decirlo, sino sentirlo y creerlo. #PerúPaísDeGanadores
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