El asesor personal de Keiko Fujimori, Pier Figari, envió una carta donde aseguró que la decisión del juez Richard Concepción Carhuancho de detenerlo de manera preliminar por 10 días es injusta.
Figari es investigado por el Ministerio Público de pertenecer a la presunta organización criminal que se gestó en Fuerza Popular para lavar dinero.
En el papel, indicó que se desempeña como personero legal en la inscripción de candidatos dentro del partido y no con temas de manejo de dinero.
Además, Pier Figari sostuvo que no tiene ninguna razón para abandonar el territorio nacional. Finalmente, agradeció las muestras de cariño por parte de su familia y seguidores fujimoristas.
CARTA
A continuación, la carta escrita por el asesor a la que tuvo acceso el diario Perú21.
Deben ser las 6:00 p.m. de hoy 16 de octubre. No tengo acceso aún a medios. Estoy injustamente detenido privado de mi libertad. Quizá mi carta esté en los medios de comunicación como alguien que es parte de una organización criminal. Los que me conocen saben bien que eso no es así. Soy comunicador social y abogado, fundador de Fuerza Popular, me desempeño como personero leal (inscripción de candidatos) y como persona que ve los temas de comunicación del partido. Ese es mi trabajo en Fuerza popular. Descarto y rechazo categóricamente que se me involucre con temas de manejo de dinero. No soy un hombre rico. No tengo razones para irme de mi país. Amo el Perú a su linda gente y sus tradiciones. Vivo en un departamento de 116 metros cuadrados que está hipotecado pagadero aún en varios años. Tengo una hermosa familia, tengo a mi esposa Giuliana y a mis hijas Lia y Vera de 4 y 2 añitos que creen que papá está de viaje. Espero verlas pronto a ellas, a mis hermanos, sobrinos y a mi padre y a mi madre que me criaron con amor, cariño y valores de honestidad. No les he fallado ni les fallaré. Es tiempo de recobrar la esperanza en general. Gracias a todos los que a su manera hacen llegar su solidaridad en este momento de mi vida. Creo en ti Perú. Todos merecemos algo mejor. Saludos desde el primer piso del centro de detención. Con la fuerza de la oración, siempre fuertes.
Pier
