¿Por qué Castañeda ganó, Cornejo levantó y Villarán sucumbió?

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El último domingo Luis Castañeda Lossio se hizo con la alcaldía de Lima por amplio margen, Enrique Cornejo fue la gran sorpresa al ubicarse en el segundo lugar y finalmente Susana Villarán encontró la sepultura política tras alcanzar un tercer lugar después de casi cuatro años de una gestión mediocre. Ese fue el veredicto de los limeños, pero la lectura que se hace puede ser muy variada y por eso es pertinente enfocarnos un poco en lo que los resultados nos dicen.

Castañeda ganó sin hacer mucho esfuerzo. Ese resultado estaba cantado desde hace meses. El ex alcalde de Lima jugó al silencio en la campaña respaldándose en que es un muy buen ejecutor de obras y por ende el gerente que la ciudad necesita. La estrategia le funcionó y hay que reconocer que se sustentó en ser la contraparte de la impopular Villarán. A más antivoto para la alcaldesa, más puntos venían para el líder de Solidaridad Nacional.

Castañeda habló lo necesario, participó únicamente en dos debates y no hizo promesas sino más bien recordó todas sus obras en sus ocho años de alcalde. La estrategia fue perfecta ni una palabra más, ni una palabra menos. Todo tenía que ir a piloto automático para mantener el amplio margen con el que comenzó la campaña.

Susana Villarán hablaba de la honestidad y de la exitosa reforma del transporte. El tema era que la honestidad implica muchas cosas y los focus group con preguntas electorales presentados por la prensa hace pocos días definitivamente no hablaban de transparencia. Por otro lado la reforma del transporte no era la maravilla que se vendía. No sólo demoró más de tres años, su primer experimento con el llamado corredor azul fue un desastre. Y claro el elector comparó: Metropolitano, Metro de Lima y los experimentos de Villarán. Resultado: La reforma empezó antes, con Castañeda e incluso con Cornejo cuando fue ministro de Transportes y Comunicaciones en el segundo régimen de Alan García.

Como vemos a la señora Villarán le quedó grande el tema de la reforma y por ende no fue un activo de su gestión y menos una fortaleza para su campaña. El haber puesto en funcionamiento el controvertido corredor puso en manos de los electores su cabeza.

En cuanto a Salvador Heresi, de Perú Patria Segura, nunca fue bueno combinar la farándula con la política. El alcalde de San Miguel pudo tener una mejor performance si hubiera tenido un papel más serio en esta contienda. Hay que recordar que una cosa es el marketing y otra muy lejos es dejar de ser lo que uno es.

Heresi puedo tener un futuro político aún. De repente una postulación al Congreso o quizá un cargo en un posible gobierno de PPK.

De Enrique Cornejo puedo decir que como técnico hábil supo en los últimos días ponerse como la alternativa a los que no querían ni a Castañeda ni a Villarán. El militante aprista conectó con la juventud que no maldecía al APRA pero que tampoco veía en el ex ministro a alguien ligado a la cúpula aprista que tan desprestigiada está. El escaso apoyo de su partido ayudó a Cornejo a ganar adeptos. Sin embargo es claro que el egocentrismo de Alan García hizo que los apristas no se las jugaran por él. Es evidente que el ex mandatario no quiere tener competencias en la estrella con miras a las elecciones de 2016.

Pienso que esta elección deja claro que aprista o independiente, Cornejo tiene posibilidades de seguir conectando con la juventud y poder en un futuro tener un papel más protagónico en la política peruana.

Bueno la elección pasó y ahora vienen lo gran retos para Lima. Recomendaría a Castañeda no hacer una lista de grande de retos. Transporte público y seguridad son las prioridades para esta nueva gestión. Suerte.