Me apellido Gonzales y me fui del país. Tal y como lo cantaban Los Prisioneros justo el año en el que nací. No porque soñaba con Nueva York o con Europa, ni porque la cultura era más rica en Alemania; sino porque entendí que para ser mejor (profesional, hija, amiga, persona, ser humano), tenía que conocer más. Mucha gente cree que vive en un mundo globalizado porque postea en Facebook, toma fotos en Instagram, guarda sus documentos en Dropbox, pinea sus intereses en Pinterest, sigue las noticias por Twitter y tiene internet ilimitado en el teléfono: Porque pueden ser estrellas mundiales (si tienen suficientes followers) en su mapa de redes sociales.
Yo, estrella de mi propio mapa también, tuve un momento de lucidez hace dos días sentada en la biblioteca: Yo, una peruana, estaba estudiando en Australia, haciendo un trabajo sobre migración en Japón, sentada al lado de un chino y frente a un griego. Vivo con una iraní y una tica. Ayer hice una cena para una amiga de El Salvador y dos uruguayas. Conversé al despertar con un amigo de la India y antes de dormir con un amigo holandés y otro inglés. Estoy planeando un viaje por Myanmar, Camboya y Vietnam, y quizás lleve un curso en Indonesia en noviembre. Sentada en la biblioteca, por primera vez hice un mapa real de mi mundo globalizado y me sentí satisfecha.
Sin ánimo de sonar a cita de Dr. Seuss o a un artículo tipo «10 cosas que tienes que hacer antes de llegar a los 30», TIENES QUE EMPEZAR A VIAJAR YA! Si ya te casaste y tienes hijos, quizás (¡QUIZÁS!) podemos hablar en otros términos. Pero si eres joven, con pocas responsabilidades, fuerza en las piernas y sueños en la cabeza; necesitas, con urgencia, conocer cosas distintas. El Perú es lindo, nuestra comida es maravillosa, nuestros paisajes son increíbles, pero hay tanto más! Hay cosas en Lima, en Perú, que hay que reconocer para empezar a mejorarlo. Pero esas cosas no las vas a ver mientras estás en el tráfico de la Javier Prado, ni tomándote una RES en el Queirolo, ni comiendo (haciendo tu cola) en Mistura.
¿Alguna vez te has preguntado, cómo podríamos hacer para mejorar el Perú? Te sorprendería saber que yo encontré algunas de esas respuestas tratando de cruzar la pista en Kuala Lumpur, tomando transporte público en Málaga y Melbourne, yendo a baños públicos en Chiapas y en Tokio, pagando entradas para el teatro en Yogjakarta y en Londres. En cuatro años dando vueltas por el mundo he encontrado más respuestas acerca de mi país (y de mí) que en 25 años viviendo en él. Eso es globalización. Las respuestas a nuestras preguntas muchas veces ya no están en casa, ni en Lima, ni en el Perú; sino a miles de kilometros de distancia. ¿Pero nos atreveremos los peruanos a salir a buscarlas para hacer de nuestro país un lugar más lindo? ¿Será posible en el Perú?