La caída de la popularidad de la pareja presidencial es el merecido castigo que tiene el nacionalismo por creer que los peruanos somos ingenuos y que no nos atrevemos a cuestionar a quien dirige nuestra agenda nacional. Esas actitudes irracionales particulares del chavismo no funcionan en el Perú. Incluso en Venezuela, hombres libres marchan por exigir un cambio en la dirección del gobierno, porque la democracia se debe hacer respetar en todos lados, y no se debe insultar groseramente a esta como lo ha estado haciendo la pareja presidencial estos días.
Estas actitudes matonescas y poco atinadas provienen también de su cuestionado gabinete ministerial. El Premier en sus últimas declaraciones ha dado entender que utilizará los Decretos de Urgencia para legislar en caso el congreso no les de facultades, una conducta que calificaríamos no solo de antidemocrática, sino también de ilegal, dado que no se tratan de temas de “urgencia” sino de un mero capricho de un partido que no reconoce que se encuentran en el peor momento de su gestión.
Estas conductas son las que tanto les han costado al gobierno de turno, que ya no puede culpar al aprofujimontesinismo ni a la concentración de medios del fracaso de su aprobación. Y es que en momentos en los cuales la pareja presidencial necesita ganar credibilidad popular, opta por recurrir a medidas judiciales, en vez de generar transparencia en una población que mira con sospechas las nuevas cuentas bancarias y los lujosos gastos de la primera dama. Y es que nadie se cree los cuentos de la primera dama, que tapa una mentira con otra: ¿pagos a viajes al extranjero? ¿Consultorías de las cuales no se ha acreditado su existencia? ¿Cuentas bancarias en el extranjero? Ya nadie les creerá hasta que no se respondan estas interrogantes.
Para cubrir las dudas, la bancada nacionalista tiene a sus audaces representantes que intentan defender lo indefendible, los fieles congresistas del nacionalismo están acostumbrados a lanzar acusaciones contra otros políticos, ratificar las declaraciones de la pareja y burlarse del raciocinio de los peruanos.
Dentro del partido nacionalista el sonido de las campanas ya está asustando a muchos parlamentarios, el legislador Omar Chehade ha decidido alejarse poco a poco de su bancada, asegurando en recientes declaraciones que el nacionalismo será derrotado completamente en las elecciones a la mesa directiva del congreso. Sin un parlamento que blinde a la pareja presidencial ¿Llegará Ollanta Humala al final de su gobierno? Fuera de esta interrogante y de la casi segura derrota de los nacionalistas, podemos apreciar que muchos de los acérrimos defensores del oficialismo se han alejado de la bancada, entre ellos Sergio Tejada que renunció a comienzos del año y Abugattás quien ha decidido no reelegirse ¿quiénes serán los nuevos líderes defensores de la Olla? ¿Gutiérrez? Después del fracaso en la acusación constitucional hecha contra el ex ministro Pedro Sánchez, es evidente que el manejo político no es el principal fuerte del parlamentario. El nacionalismo se está quedando sin defensores, las acusaciones debilitan la credibilidad, la popularidad esta por los suelos ¿cuál será la siguiente jugada del nacionalismo? cuando la pareja presidencial se vea investigada por el parlamento ¿qué acciones tomaran para aferrarse al poder? ¿Ollanta abandonará la democracia como su homólogo venezolano? Ya están sonando las campanas.