Hoy los peruanos tenemos un nuevo Presidente que tiene el gran reto de, en primer lugar, recuperar estos 5 años perdidos a causa de la inconmensurable mediocridad de Humala, y luego, hacer que el país se vuelva a poner en marcha. La tarea no es sencilla pero creo que PPK tiene inmejorables condiciones para lograrlo.
PPK sabe que esta es la última gran tarea en su vida, luego de la cual vendrá el inevitable retiro. Por ello, se encuentra en la mejor de las posiciones para tomar, sin miedo, las medidas que nuestro país necesita con urgencia, algunas de las cuales podrían tener un costo social alto.
De forma inmediata avocarse al tema de la seguridad ciudadana. Dejar de lado discursos caviares en contra de las Fuerzas Armadas en las calles. Debe ahí tomar la propuesta de Keiko. La sola presencia de las Fuerzas Armadas disuaden y eso todos los que tenemos memoria lo recordamos de los 90s. Así que Fuerzas Armadas a las calles, a cuidar instituciones públicas, nuestra principal infraestructura y los penales. La inseguridad ciudadana se combate, de inicio, con un gesto del líder que envíe una señal clara a la delincuencia, elevando radicalmente los costos de transacción de cometer un crimen. Luego, más policías a las calles y a dejarlos hacer lo que saben, porque ha quedado demostrado que cuando uno deja trabajar a la policía, lo hacen bien.
A completar la reforma del Estado que quedó trunca desde los 90s. A revisar y simplificar al máximo la estructura del Estado, los procedimientos y trámites, a efectos de convertir al Estado en un ente promotor antes que desalentador de las inversiones. Una contraloría profesional resulta fundamental, por lo que este nuevo Congreso debe revisar la elección del nuevo contralor Humalista.
Reactivar de inmediato los proyectos de inversión detenidos por este gobierno. PPK debe mostrarse como el líder que los peruanos necesitamos y debe ir a dar la cara y convencer a la población, desenmascarar a los azuzadores y mostrarlos sin tapujos como lo que realmente son, un atado de alimañas que viven de perpetuar la pobreza de los que menos tienen.
No va a ser una tarea sencilla porque han sido 5 años en los que el Estado se ha mostrado cobardemente ausente en estos conflictos sociales y estos espacios han sido copados por estos azuzadores.
PPK tiene que demostrarnos a todos que puede lidiar con una población enfurecida y engañada. Enfurecida porque han visto siempre pasar la riqueza por el costado, producto de la inacción y corrupción del aparato estatal que ha impedido que el canon sea invertido adecuadamente en obras de infraestructura que impacten efectivamente en su calidad de vida. Y engañados porque los parásitos azuzadores han tomado este resentimiento y lo han potenciado, logrando implantar en el inconciente colectivo conceptos como “oro no, agua sí”. Lo hizo Correa en Ecuador así que la valla no está muy alta para PPK.
Debe tener el coraje de convencer pero siempre demostrando que él representa a la autoridad y que con quien están hablando es con el Presidente de la República. Y tener la convicción y el valor de reprimir de forma inmediata y drástica cualquier acto violento, sin temor a que luego las ONGs defensoras de criminales inicien su cacería de brujas. Si queremos orden, creo que el nuevo gobierno tiene que meter un buen ajustón para poner las cosas en claro. El Estado de Derecho se respeta pero si le tiras un hondazo a un policía te ganaste una bala en el centro de la frente, como en cualquier parte del mundo civilizado.
Así, la edad de PPK puede constituirse como un activo fundamental para tomar aquellas difíciles decisiones que el Perú necesita urgentemente.
Luego, tiene que tender puentes básicamente con el Fujimorismo. Tiene que comprender que el 50% del Perú ha votado por Keiko y que el ha ganado sumando a perro, pericote y gato. No puede, ni debe, desconocer el enorme capital político de Keiko. Sería un gravísimo error. PPK debe poner a prueba a Keiko y públicamente invitarla fumar la pipa de la paz y mirar hacia adelante.
Y Keiko debe también comprender que así las cosas, tiene un inmejorable escenario de cara a una eventual postulación en 2021. Este debe ser un cogobierno pensando en el Perú. Keiko debe terminar su luto y comprender que esta es la oportunidad soñada para mostrarse como la estadista que dice ser y poner a su mayoritaria bancada en el Congreso al servicio del Ejecutivo, en el buen sentido de la palabra. De esta forma, Keiko podría asegurar que PPK haga uno de los mejores gobiernos de la historia republicana del Perú, y ella pueda desligarse de una buena vez de las calificaciones de antidemocrática y autoritaria que ya le han costado dos elecciones.
Keiko debe comprender que la única opción para que ella realmente pueda ser nuestra próxima Presidenta es que PPK haga un magnífico gobierno, y permitirlo, está básicamente en sus manos.