– Once minutos y 179.4 millones de dólares.- El precio más alto pagado nunca en una subasta por una obra de arte. Christie’s en Nueva York sacó a subasta el lunes 11 de mayo el óleo «La mujeres de Argel» que Picasso pintara en 1955. Muestra Picasso, muy en abstracto, cuatro mujeres con el torso desnudo; curiosamente, la cadena estadounidense Fox difuminó esos torsos. En esa misma subasta, una escultura de Alberto Giacometti alcanzó el precio de 140 millones de dólares, todo un récord para escultura. Podría parecer que esos altísimos precios denotan un nuevo aprecio por el arte. Sería una lectura muy positiva. Pero los expertos son algo más cautos. Para ellos, la aceleración en el mercado del arte tiene otras connotaciones. Hasta ahora, la cifra más alta se había pagado en el 2013 por «Tres estudios sobre Lucien Freud», de Francis Bacon, que había desbancado así los casi 120 millones pagados por el famosísimo «El grito» de Edvard Munch. Dicen los expertos que las cifras que se están pagando denotan claramente miedo. Ante la bajada de los tipos de interés en acciones y bancos, las pocas personas que pueden permitirse el lujo de pagar esas cifras en las subastas han entrado en una fase de inseguridad sobre dónde pueden invertir su capital. En ese contexto, el arte ofrece valores no perecederos. Los más pesimistas incluso intuyen que estos récords podrían estar anunciando un futuro terremoto en las bolsas. Lo que supone un «crash» de la bolsa todavía se recuerda: el de 1929 puso fin a los «felices 20» e inició unos procesos de pérdida del centro y adhesiones a posiciones extremas que llevarían al gran desastre de la guerra. EL comprador de la obra de Picasso, por cierto, se ha mantenido en el anonimato.
– San Pedro Sula, Caracas y Acapulco.- Según la ONG mexicana «Seguridad, Justicia y Paz», estas tres ciudades de Honduras, Venezuela y México son las más violentas del mundo. Este observatorio publica cada año un listado que incluye las ciudades de más de 300000 habitantes. San Pedro Sula tiene el triste honor de encabezar en 2014 este ranking, que mide la tasa de homicidios por cada 100000 habitantes, por cuarta vez consecutiva. También Caracas y Acapulco repiten posiciones de 2013. 47 de las 50 ciudades se localizan en América y 43 en América Latina. Las tres otras ciudades están en Sudáfrica. ¡Un triste resultado! Han sido las ciudades colombianas las que más han mejorado sus índices de violencia, mientras que en el 2014 se han incorporado a las 50 más violentas tres ciudades de Brasil: en total, el país tiene a 18 de sus ciudades en este ranking. En una visión retrospectiva de los últimos años es Medellín la ciudad que más ha mejorado: en cuatro años la tasa cayó en un 67%, una prueba nítida de que depende de la prioridad que las autoridades concedan a este tema y la política que apliquen. Lima no figura en el listado. No es mucho consuelo, ciertamente.
– Quince años de prisión y 250000 dólares de multa.- Es la pena a la que podría enfrentarse el pielroja Robert Soto en los Estados Unidos. Tras nueve años de litigio, su caso ha llegado a la Corte Suprema. SI ésta le encuentra culpable, podría acabar teniendo que cumplir esa pena. ¿Su delito? En una ceremonia religiosa utilizó algunas plumas de águila, especie protegida. El gobierno federal envió a un agente encubierto, que interrumpió la ceremonia, confiscó los bienes y demandó al jefe indio, también pastor de una confesión protestante. SU tribu, los apaches lipanes están reconocidos en el Estado de Texas pero no a nivel federal. Y aquí empiezan los problemas, porque la protección del águila se establece en una ley federal. Para los apaches el águila es la representación del Gran Espíritu. Sobre el tema informa detalladamente «L’Osservatore Romano», el diario del Vaticano, en un tono muy favorable a los derechos religiosos de los apaches.