La complejidad del mundo empresarial hace del trabajo una labor más grupal que individual. Sin embargo el entorno competitivo tan acelerado que tenemos produce cambios exponenciales que puede resquebrajar la unidad de equipos que adolezcan de solidez interna.
La falta de cohesión y funcionalidad de los equipos producen fugas de la energía disponible en el sistema organizacional para hacer frente al entorno competitivo, clientes, competencia, etc; trasladándose aquella energía hacia la cultura, produciendo un resquebrajamiento interno que se termina expresando en la falta de confianza, guerras de poder, bajo compromiso con las políticas y objetivos, inexistencia del “guapeo” entre unos y otros; desencadenándose el desenfoque de los resultados esperados.
Evitarlo requiere analizar todo aquello que pueda ser fuente de conflictos tóxicos. Así pues tenemos los conflictos producto de opiniones divergentes, que pueden deberse a la falta de conocimiento sobre los estilos de pensamiento y la gestión de la diversidad de talentos. También hay desencuentros producto de los diferentes intereses y finalmente de las malas interpretaciones y baja funcionalidad que una desordenada gestión empresarial produce.
Por ello resulta imprescindible que los líderes procuren reducir la mayor cantidad de ruido de los equipos, lo que requiere respuesta a las siguientes preguntas:
Visión estratégica: ¿hacia dónde va la organización?, ¿cuál es la razón de su existencia?, ¿qué quiere lograr?, ¿cuáles son los objetivos que persigue?, ¿comparten esta visión y los valores y comportamientos como la alcanzarán?, ¿tienen indicadores claros para verificar el cumplimiento de los objetivos empresariales?
Liderazgo y talento: ¿cuenta la organización con líderes confiables y competentes?, ¿tienen colaboradores maduros y fiables para el desarrollo de la cultura organizacional y las funciones que se les ha contratado?, ¿conocen los unos y los otros la diversidad de estilos de pensamiento y cómo complementarse?, ¿comparten una identidad y estilo de trabajo aún en medio de la diversidad?
Estructura organizacional: ¿los roles, responsabilidades y funciones están claros?, ¿se sabe qué le corresponde decidir a cada quién?, ¿las dependencias son ordenadas?, ¿de casualidad existe overbooking en los roles?, ¿los sistemas remunerativos son justos y transparentes?
Mecanismos de coordinación: ¿hay reuniones estratégicas, tácticas y operativas adecuadamente definidas?, ¿existen canales de comunicación descendente y ascendente establecidos?
Un equipo será efectivo en tanto y en cuanto tengan un objetivo claro que alcanzar, un DT, capitán y jugadores con la madurez y competencias para luchar por la visión que tienen sobre dónde debieran terminar en la tabla de posiciones al finalizar el torneo, con la estrategia y los roles bien definidos al momento de jugar los partidos y con los mecanismos de comunicación y coordinación requeridos antes, durante y después del partido para estar fuertes y hacer frente a la tribuna y competencia…