¿Tras censura a Jara, ahora quién podrá defender a Humala?

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No cabe duda que tras conocerse que 72 congresistas votaron a favor de la censura de la ahora ex primera ministra, Ana Jara, las cosas se ponen color de hormiga para el gobierno de Ollanta Humala que no sólo atraviesa su peor crisis sino que tendrá que ver quién puede contentar a la oposición y bajar las aguas de un remolino que no ha tenido otra causa que los cuantiosos errores del régimen en estos casi cuatro años de gestión.

La renuncia de Jara debió ser el camino del oficialismo para no hacer más turbia el agua. Lamentablemente el deseo de aferrarse al poder y de que Humala no cuente con cuadros técnicos y políticos para el cargo de premier hizo que todo se complicará y que además nos llevará a un limbo que tiene un final para nada predecible.

Ya no voy a indagar por qué se le fue de control la DINI a la ex premiere. Está claro que el presidente y su primera ministra sabían de los reglajes de inteligencia que más que por la idea de controlarlo todo, lo hacían como una mala forma de apaciguar de una u otra manera a los opositores dentro y fuera del gobierno.

Jara debió marcar una distancia grande con los sucesos de la DINI. Dijo en un primer momento que investigaría las cosas y que rodarían cabezas. El resultado fue terrible. No hubo poda y lo que es peor no se asumió la responsabilidad más que política con una renuncia.

Nadie duda de las cualidades personales que puede tener la defenestrada funcionaria. No obstante estamos más que seguros que en política los gestos son determinantes y está clarísimo que este gobierno no tiene rumbo y que usa el diálogo únicamente para armar cortinas de humo y distraer a la población de los grandes problemas de corrupción.

Ahora la pregunta del millón es ¿Quién sucederá a Jara? o en todo caso ¿Quién tiene las cualidades propias para la coyuntura de este año preelectoral donde la desconfianza en las autoridades es casi total?

Tiene que pensar bien Ollanta cuando designe a nuevo jefe de gabinete. Tiene que pensar en más que darle una buena persona a la oposición, visualizar el poco más de un año de gobierno que le queda.

La persona seleccionada debe ser independiente y nada confrontacional. Este gobierno desde su inicio confrontó con la oposición y con otros sectores. Ahora es tiempo de extender puentes y confianza para que se pueda culminar su mandato.

Que no se le ocurra a Humala poner a alguien boca floja con Daniel Urresti o Pedro Cateriano. Tiene que ser alguien que inspire confianza en diferentes bandos y que por sobre todo tenga la capacidad para liderar una etapa muy complicada de este quinquenio.

Si el presidente se equivoca en su elección, se juega su futuro. Hay que recordar que si el Congreso no le da el voto de confianza al nuevo premier, el congreso puede disolverse, convocar a elecciones y lograr sin mayor problema con la nueva mayoría parlamentaria la vacancia de Humala.

No vayamos al abismo con las acciones que vienen desde el poder. Pensemos en el Perú, pero tampoco hagamos oídos sordos a la corrupción y a los reglajes que no sólo nada tiene de democrático sino que son la demostración de que como cuando soy muy débil no me queda otra cosa que vigilarte. Triste.