Un avión de combate ruso (caza Su-24) fue derribado este martes por la fuerza aérea de Turquía debido a, según explicó el gobierno de Ankara, la violación de su espacio aéreo y el desacato a las diez advertencias hechas para que se retirara de la zona.
El gobierno de Rusia, por su parte, negó que el avión -que se encontraba realizando bombardeos a posiciones yihadistas en el vecino país de Siria- haya entrado a territorio turco y calificó el ataque como una «traición». Según informó la BBC, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, catalogó el ataque como una «puñalada por la espalda» por parte de «cómplices terroristas», y advirtió que la acción turca «tendrá serias consecuencias«.
Tras el ataque a la nave, ambos pilotos lograron eyectarse a tiempo y quedaron varados en territorio sirio. Rusia envió un helicóptero de rescate, pero este también fue atacado por lo que debió aterrizar de emergencia en ‘territorio neutral’, según informó el general Serguéi Rudskoi, portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia. Rudskoi informó que a partir de ahora, los bombarderos rusos solo actuarán escoltados por otros cazas y que cortarán los contactos militares con Turquía.
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Por otro lado, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan aseguró que el derribo del avión no se debió a una ‘enemistad’ con el Kremlin sino al derecho ‘legítimo’ del gobierno turco para defender su territorio y aclaró que «todo el mundo debe respetar el derecho de Turquía a proteger sus fronteras». Asimismo, el mandatario afirmó que su país está ‘comprometido’ en la lucha contra «todos los grupos terroristas».
Estados Unidos avaló la versión de Turquía y confirmó que la fuerza aérea turca lanzó varias advertencias al avión ruso antes de proceder con el derribo. «Fuimos capaces de escuchar todo lo que pasaba», reveló el portavoz de la campaña estadounidense contra ISIS, el coronel Steve Warren, «esas comunicaciones fueron en canal abierto», aseguró en una rueda prensa.
El avión, interceptado a una altura de 6 000 metros, sobrevolaba la zona montañosa del norte de Latakia, un lugar de concentración de fuerzas yihadistas, cuando fue derribado; cayó cinco kilómteros adentro de Siria.