El encuentro contra Paraguay por las Eliminatorias nos dio la tranquilidad de sumar 3 puntos de local pero lo mostrado futbolísticamente no me deja tranquilo. En el fútbol, gana el que hace más goles que el adversario, Perú marco el único tanto el jueves pero no hizo nada más.
A pesar de que Gareca planteó una alineación exageradamente ofensiva, casi fue un 4-2-4, sus dirigidos no crearon muchas situaciones claras de gol. Las únicas opciones peruanas de gol, que quedaron en el tan odiado “casi”, fueron ambas jugadas de balón parado, un cabezazo de Guerrero y otro de Pizarro. Esto confirma que la pizarra de Gareca no obtuvo el resultado que esperaba, no hubo elaboración de juego ofensivo y mucho menos una posesión del balón controlada.
Al iniciar el partido con cuatro delanteros, ya que Reyna no es un volante extremo como lo es Carrillo, se supo que la selección Peruana iba a renunciar a lo que mejor hizo hasta ese momento, tener una buena rotación del balón y por momentos controlar al rival con el balón en nuestros pies. La labor de recuperación y de distribución del juego recayó sobre la pareja conformada por Lobatón y Tapia. Una pareja que nunca había jugado junta, uno con 20 años y el otro con 35. Indudablemente, significaba un riesgo, ya que había incertidumbre sobre su rendimiento pero afortunadamente, Tapia dio la talla y parecía que había jugado más partidos junto a Lobaton.
Lo mejor del equipo no fue su compenetración colectiva como en anteriores ocasiones sino algunos chispazos de las figuras de siempre. Otra vez, la “Foca” Farfán fue el encargado de darnos la alegría y la tranquilidad de haber ganado como locales. Cada partido que jugamos nos queda más claro que Farfán debe jugar por el medio y libre, la banda lo limita y lo aleja del arco contrario. Por el momento, él es la carta de gol que tenemos, ya que, desafortunadamente, Paolo Guerrero no pasa por un buen momento y no logra alcanzar el nivel de anteriores encuentros.
El trabajo de Renato Tapia en el medio sector fue fundamental para el equilibrio del esquema táctico de Ricardo Gareca. Por momentos, el juego nos daba la sensación de que Tapia era el único jugador con camiseta blanquirroja en el medio sector del campo. Ganó la mayoría de los balones aéreos que disputó, en un par de ocasiones fue decisivo para terminar con las intenciones del conjunto paraguayo y, para cerrar su presentación con honores, el gol nació gracias a su claridad cerca al área contraria.
Pienso que la selección debe tener siempre un par de formaciones adicionales a la usual y lo que vimos frente a Paraguay nos enseñó que Gareca está trabajando en ello. Dado al reducido universo de jugadores que tenemos, muchas veces una lesión o una sanción significan cambiar el esquema por completo, como sucedió en este partido. Las ausencias de Carrillo y Cueva obligaron a Gareca a probar una alineación nueva y, con suerte, logramos vencer al rival y sumar por primera vez en estas Eliminatorias. Esperemos que de aquí en adelante los resultados positivos se sigan dando y que el equipo, partido a partido, logre una sólida compenetración y de esta manera contrarrestar algunas ausencias con un buen sistema táctico.