Un verso con mucho esfuerzo: Copa Inca de cara a una final

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Tras la derrota por dos goles en contra en el Estadio Garcilaso de la Vega, la Universidad César Vallejo recibía a Real Garcilaso en la vuelta, ambos buscando la posibilidad de clasificar la final que los enfrentaría a Alianza Lima el domingo próximo. Dado el marcador, Franco Navarro tenía que plantear un partido tanto para ganar por una diferencia mayor de dos goles como para no recibir gol alguno, misión complicada dado que el rival también juega, y en esta oportunidad esta versión de la “Máquina Celeste” juega muy bien.

El primer tiempo fue parejo, bien jugado en el medio y con la UCV proponiendo más en ofensiva, buscando por todos los medios un gol que les quite la ansiedad que significaba la necesidad. Explotando mucho el talento de Daniel Chávez, las peligrosas subidas en ofensiva del lateral Requena, la precisión de Donald Millán y la lentitud ya conocida de Walter Vílchez, los ataques del cuadro trujillano se centraban mucho por la banda derecha. Por su parte, el equipo de Soso plasmaba en el campo una idea en la que el peligro fuese distribuido a manera de contragolpe, jugando con la necesidad de su rival, por la figura del equipo Alfredo Ramúa asociado con los actores secundarios Sarmiento y Valverde.

El protagonismo ofensivo fue del local, buscando muchas pelotas por arriba ya sean como centros o buscando la espalda de los centrales, pero siendo bien controlados por los centrales, destacando especialmente Souza. La única oportunidad clara fue tras un gran centro del “Pato” Millán en un tiro libre frontal que fue bien neutralizado por Pretell. Por su parte, el “Garci” buscaba defenderse bien, encontrar conexión con Ramúa y que este inventara una jugada con un genial pase, un remate de larga distancia o eludiendo rivales, como ya se le conoce. Sin embargo, esta fórmula no fue efectiva dado que no tuvieron oportunidades claras. Ninguno de los equipos sufrió sobresaltos, ambas defensas estuvieron bien en los anticipos, jugando con todo las divididas y rechazando el arma más peligrosa de ambos cuadros, los balones aéreos. Un trabajo pulcro para los 8 de abajo. La diferencia la marcó el árbitro con un penal inexistente, que luego fue magistralmente convertido en gol por Millán con un sutil toque que engañó al arquero. Con esto terminaba el primer tiempo y el cambiaba todo el ambiente del vestuario “poeta”.

Para el segundo tiempo, la UCV salió a ser protagonista desde el primer toque, con la misma propuesta ofensiva de la primera mitad, ataque por las bandas que terminen en centros venenosos, balones aéreos frontales y sobre todo buscar balones parados, su arma más poderosa. Por la banda derecha el dominio local fue total; diferentemente, por izquierda William Chiroque nunca pudo superar a un sobrio Jhoel Herrera. Por su parte, los centrales neutralizaban bien toda opción ofensiva que proponía Vallejo, con un trabajo impecable de Souza tanto por arriba como por abajo. El equipo de Soso careció de ofensiva dado que nunca tuvo su artefacto más importante, la “gordita”, y convirtió a Libman en un espectador más. El cuadro visitante se limitó a aguantar los ataques trujillanos durante todo el segundo tiempo, haciéndolo de manera soberbia, pero sin opción alguna de llegar al empate.

Con el correr de los minutos, la clasificación se le escapaba al equipo del “Pepón”, quién replanteó el partido en base a la escases de idea ofensiva que tenía la “Máquina Celeste”, sumando volantes ofensivos, como Viza o Cedrón, y a un siempre impetuoso José Carlos Fernández. El gol que empataba el marcador global llegó de la manera más esperada, de un tiro libre que naciera de los pies de Millán y fue empujado a la red por Riojas, tras un ‘blooper’ de Pretell. El resultado no se movería más y el partido terminaría en la “ruleta rusa” de los penales.

En los penales el desenlace fue concreto, Vílchez erró garrafalmente su penal enviando la pelota a la tribuna y dándole una opción única a la UCV para sellar su clasificación. Lo definió la figura del partido, el hombre más decisivo, el que puso un gol y una asistencia, estamos hablando del “Pato” Donald Millán. Fuera de todo análisis, resaltar la excelente decisión de patear su segundo penal al medio esperando que Pretell se lance a cualquier lado, además de la calidad técnica para “pinchar” de esa manera la pelota y descuadrar a los espectadores.

A manera de conclusión, la UCV y Alianza Lima se verán las caras por primera vez en el año el domingo a partir de las 6pm, en un partido de fuerzas parejas, de pronóstico reservado y en el que ganará aquel que aproveche mejor las debilidades de su rival. Para esto, el trabajo de la semana será vital y aquel que estudie mejor a su rival partirá con una ligera ventaja.