En las primeras horas del domingo 12 de junio, cincuenta personas fueron asesinadas y otras 53 resultaron heridas en un atentado terrorista y homofóbico una discoteca gay en la ciudad de Orlando – Florida, Estados Unidos. Este ataque fue perpetrado por Omar Marteen, militante de ISIS de 29 años de edad e investigado el año pasado por el FBI por actividades terroristas. Este sujeto –que nunca ocultó su homofobia- aparte de cometer un crimen de odio, enciende las alarmas sobre el peligro que corre el modo de vida occidental desde que ISIS empezó con su ola asesina hace tres años.
Efectivamente, ha quedado demostrado –que inclusive en una sociedad abierta y tolerante como la estadounidense hacia la comunidad LGBT- hay mucho trabajo por hacer a fin de erradicar este lastre de la sociedad. Pero esto no es solamente un crimen de odio y homofobia, mis estimados lectores, va más allá de eso. Y es en ese “más allá” que se centrará la presente columna.
Las primeras informaciones sobre el atentado de Orlando hacían ver que se trataba de un crimen de odio y homofobia extrema que había cobrado cincuenta víctimas inocentes, pero con el transcurrir de las horas; un caso de la más deleznable homofobia se convertía en un atentado terrorista reivindicado por la organización terrorista auto denominada Estado Islámico o ISIS (por sus siglas en inglés). Con lo cual, lo sucedido en Orlando se convierte en el tercer atentado de gran magnitud perpetrado por ISIS en occidente desde los atentados de París –teatro Bataclan (noviembre 2015) y Bruselas – aeropuerto internacional y metro de la ciudad (marzo 2016), todo en menos de un año.
El día lunes el presidente estadounidense Barack Obama se dirigió a su nación y dijo que lo sucedido en Orlando en las primeras horas del domingo fue un “ataque terrorista casero”. Esto no es del todo cierto. ISIS se adjudicó el ataque, con lo cual se convierte en su segundo ataque en suelo estadounidense (el primero fue un atentado contra una exhibición que según ellos ofendía al Profeta Mahoma, sin víctimas). Pero lo sucedido el domingo, le ha costado la vida a 50 seres humanos que su único “pecado” o “haram” fue el amar a una persona de su mismo sexo.
Es entendible que el presidente Obama busque evitar ataques de odio hacia la comunidad musulmana en su país y no generar una ola de pánico entre la gente. Pero veamos. Este es el segundo atentado de ISIS en suelo estadounidense, y con coste de vidas. Pero no es solo un atentado más de ISIS contra un país occidental, sino que es un ataque al modo de vida y cultura occidentales y lo que estas representan.
ISIS (como bien dicen sus líderes) busca acabar con los infieles y su cultura por considerarlos decadentes; todo el que no profese el islam debe ser destruido a menos que se convierta; con lo cual estas personas en vez de reivindicar las enseñanzas de Mahoma, las manchan y desvirtúan perjudicando la imagen cultural –como sus aportes a la humanidad- y religiosa del islam. Los militantes de ISIS no buscan solamente reinstaurar el califato de Bagdad e imponer su religión a la fuerza, sino que buscan acabar con la cultura occidental y lo que esta representa. Pero podrán preguntarse: ¿Qué rayos tiene que ver el asesinato de 50 personas homosexuales con lo que estás mencionando? Mucho. En occidente la comunidad LGTB ha venido luchando por conseguir mayores derechos y respeto como individuos a fin que no sean marginados de la sociedad; es decir, tener la libertad de vivir sin temor y a ser actores en la sociedad al margen de su sexualidad. Y el ataque a personas LGTB no es otra cosa, que una advertencia –ya materializada- que ISIS, como suelen decir, no descansaran hasta ver destruido todo lo que vaya en contra de su forma de ver el mundo.
Pero hay un detalle que he ido pensando mientras redacto este artículo. Este atentado no solamente constituye un ataque terrorista cobarde a personas inocentes que solo amaban diferente y que iban por una noche de diversión esperando volver a casa, sino también a los hispanos también. Como es bien sabido, Orlando está ubicado en el estado de la Florida, el cual es uno de los principales punto de llegada y residencia para muchos hispanos en Estados Unidos, y es puerta de conexión de EE.UU con América Latina. Cabe mencionar que muchos de los asistentes a esa discoteca eran boricuas, hispanos y afroamericanos, con lo cual – aparte de ser un crimen de odio- se puede considerar también como un caso de racismo.
Lo sucedido en las primeras horas del domingo nos dice –no solo que la homofobia y la intolerancia siguen latentes- que ISIS ya llegó a nuestro continente y tiene intenciones de hacer notar su doctrina de intolerancia, sangre y odio, con lo cual estamos en la obligación de tomar las acciones para defender las libertades y niveles de tolerancia que se han conseguido en las últimas décadas; especialmente para las personas LGTB, aunque ahí falte aún mucho por hacer.
¿Qué conclusiones se pueden ir sacando de lo sucedido en Orlando?
- ISIS llegó a nuestro continente hace mucho tiempo; solo que ahora pasarán a la acción contra quienes ellos consideren “infieles”, como es el caso de las personas LGTB.
- Si ISIS se adjudicó la responsabilidad no puede considerarse como un hecho de “terrorismo doméstico”, ya el problema lo tenemos en la puerta de nuestra casa.
- La intolerancia hacia las personas de la comunidad LGTB continúa y con altos índices de violencia que deben de ser erradicados si queremos vivir en un mundo seguro y tolerante.
- La comunidad LGTB con este hecho puede ganar mayor respaldo a su causa. Inclusive para conseguir mayores simpatías a favor de la unión civil en países donde aún tiene sociedades con opiniones desfavorables. Un ejemplo similar a lo expuesto es el nacimiento del día del orgullo. No olvidemos que la idea del día del orgullo gay surge cuando policías de Nueva York intentaron detener a personas gays en el bar Stone Wall en 1969 aduciendo “consumo de bebidas alcohólicas”, la resistencia duró tres días. Como consecuencia de ello, en 1985 se crea el día del orgullo gay.
- ISIS representa una amenaza a las libertades y derechos que queremos conseguir (mayor inclusión de la comunidad LGTB); nuestra vida como cultura y tradición occidental.
- No debemos bajar la guardia ante estos terroristas; sobre todo en estos tiempos puesto que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro se llevarán a cabo en agosto e ISIS tratará de hacer notar su mensaje al mundo de una forma sangrienta; no olvidemos lo sucedido con el secuestro y posterior asesinato de la delegación israelí en las olimpiadas de Munich en 1972 por parte de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina).